La diatermia estética es una técnica capaz de ofrecer resultados eficaces a nivel facial y corporal, pero también en relación con la movilidad y aliviando un buen número de dolencias físicas. Para ponerla en práctica, se recurre a distintos aparatos de diatermia. Y se distingue entre la acción de la diatermia capacitiva y resistiva.
¿Qué es la diatermia capacitiva?
La Transferencia Eléctrica Capacitiva (CAP) es una de las formas de aplicar esas corrientes de alta frecuencia eléctrica que tan efectivas resultan en multitud de tratamientos. Consiste en la transferencia a través de electrodos, que en este caso tienen un recubrimiento insulado que actúa como un dieléctrico. El propio cuerpo actúa como el segundo polo y el cierre del circuito se genera por la acción del cátodo de retorno. De esta forma, suceden dos fenómenos:
El paso de corriente a través de los tejidos vivos.
La resistencia de los elementos ante esa carga eléctrica.
Como resultado, lo que se produce es el incremento de la temperatura y la concentración de la energía capacitiva, que se transfiere a los músculos y a otros fluidos tisulares sobre los que se necesita actuar. El efecto se concentra en la superficie y a media profundidad. La generación de calor selectiva estimula a los fibroblastos y la producción de colágeno y elastina, consiguiendo un efecto reafirmante profundo.
En definitiva, la acción del masaje junto al aumento de temperatura propicia que se actúe sobre la grasa subcutánea, para reactivar la circulación y facilitar la eliminación de grasa y toxinas. ¿El resultado aparente? Una piel de aspecto y estado más saludables.
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¿Qué es la diatermia resistiva?
Por su parte, la Transferencia Eléctrica Resistiva (RES) se diferencia de la capacitiva básicamente en los tipos de electrodos que utiliza. O, mejor dicho, en cómo estos se presentan. Y es que en este caso se recurre a electrodos metálicos asimétricos, desprovistos de insulación. Por lo tanto, hablamos de la misma técnica pero con un resultado sensiblemente diferente, pues permite a la corriente una transferencia directa con menos dispersión. ¿La finalidad? Conseguir un aumento de la temperatura, igual que en el caso de la diatermia capacitiva, pero a una mayor profundidad.
La concentración de energía resistiva focaliza su acción en todos los tejidos duros, como tendones, ligamentos o huesos, con la diferencia de que la acción es profunda. Se consigue, así, estimular el intercambio de iones intra y extracelulares, restaurando la actividad eléctrica. Al mismo tiempo, se fomenta una actividad reparadora natural de los tejidos de una forma totalmente segura e indicada para patologías agudas y crónicas. El enfoque es doble: aliviar el dolor y la inflamación y agilizar el proceso de recuperación de los tejidos.
Tratamientos de diatermia
Diferencia entre diatermia capacitiva y resistiva
La elección entre diatermia capacitiva o resistiva se hace en función de los objetivos y de la zona concreta que se quiera tratar. La razón es que la diferencia entre la diatermia capacitiva y la resistiva es que la primera se utiliza para regenerar los tejidos más superficiales, mientras que la resistiva está indicada para trabajar más en profundidad.
Lo más habitual es que la radiofrecuencia capacitiva y la resistiva se utilicen para finalidades bien distintas. Por un lado, la diatermia capacitiva se usa siempre que se quiere propiciar la recuperación muscular. Y, por el otro, la resistiva se requiere para actuar sobre tendones, ligamentos y huesos.
¿Qué hay de la aplicación de la diatermia capacitiva y resistiva en estética? Atendiendo a lo que hasta ahora hemos comentado, es fácil llegar a la conclusión de que ambas técnicas también tienen diferentes aplicaciones en este ámbito. De esta forma, por ejemplo, es posible tratar la celulitis de un modo más o menos intenso y profundo, en función de cuál sea el nivel de desarrollo de la afección.
Lo ideal, sin duda, es contar con profesionales y aparatología capaces de aplicar la diatermia capacitiva y resistiva de forma indistinta, con la misma profesionalidad y eficacia. Teniendo en cuenta, en definitiva, que ambas técnicas son realmente innovadoras. Y, mucho más importante, indoloras y sin absolutamente ningún efecto secundario.
